viernes, 19 de noviembre de 2010

EL HABLA DE SANTA CRUZ

Por Hogier Pareja Añez
Debido a que Santa Cruz estuvo aislada por más de cuatro siglos, conservó intactos muchos elementos que la han caracterizado; sus costumbres, su forma de hablar y la entonación, su romanticismo en el amor y la música, la franqueza sin dobleces; en suma, todo un conjunto de factores que hacen al ser cruceño. El habitante de esta bendita tierra tiene su idiosincrasia propia sui generis. Tal vez de tierra adentro, pero para satisfacción y orgullo se manifiesta alegre y festivo, pues sin duda, es mejor que ser trompeta.
Precisamente los cruceños, considerando los factores señalados, pudimos conservar casi en forma pura y castiza, nuestra forma peculiar de hablar y de expresarnos. Solamente hemos agregado las palabras y voces aborígenes de las etnias, tanto de origen chiriguano, guaraní y chiquitano, las cuales forman parte lingüística de nuestra región y del camba, su habitante. Matizamos con humor el quehacer diario, la lucha por la vida en las buenas y en las malas, para sobrellevar y sobrevivir incluso en épocas difíciles de crisis.
Así es el cruceño de cepa; pienso que no tenemos porqué estar copiando (sin desmerecer a otros pueblos), imitando por simple o por mero snobismo. Chistoso y hasta ridículo es hablar como extranjero en su propia tierra. Porque si algo nos hace simpático a los habitantes de estas inmensas llanuras y selvas, es el ser como somos, y eso, a decir de muchos que se han afincado en estos trechos y se han arraigado y adoptado nuestras costumbres, entre ellas la manera como hablamos.
Y también es de aquellos que nos conocen superficialmente; se llevan la mejor impresión, precisamente porque nos mostramos de cuerpo entero, íntegros.
La juventud cruceña debe (no, debería) sentirse partícipe de la conservación de algo que debe ser rescatable desde el ángulo que se lo mire, y no dejarse influenciar por algunos medios de comunicación social y por aquellos ciudadanos que dicen ser del mundo, de la aldea global.
El terruño es la patria del corazón; entonces, defendámoslo de influencias foráneas. Por ende, las nuevas generaciones de cruceños deben conocer su historia y tradiciones, para seguir teniendo la identidad que nos ha caracterizado.
La familia, el hogar paterno y los educadores, juegan un rol importantísimo en la formación del niño, del adolescente y del joven, para que se arraiguen en ellos las cosas que debemos conservar y preservar.
¿Porqué habríamos de pronunciar la elle de otra manera, y agregar eses hasta donde no corresponde? Lo mismo, el tú y el vos (vos serás lo que debes ser o sino, no serás nada); no nos volvamos sofisticados, sigamos siendo auténticos.
En estas breves líneas, hemos querido traslucir nuestra preocupación por el problema en cuestión antes de que sea demasiado tarde, para así tomar las previsiones y  poder neutralizar y subsanar las aberraciones.
Nuestra opinión, simple y llanamente es nuestra modesta contribución y alerta, para defender el acervo cultural que nos legaron nuestros mayores.

                                               

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