viernes, 19 de noviembre de 2010

RELATOS DEPORTIVOS

 Por Adhemar R. Suárez Salas
Resulta insufrible escuchar los relatos y comentarios deportivos difundidos a través de la pantalla chica, de los partidos balompédicos programados por la Liga en diferentes escenarios. Sin precisión, con un lenguaje prosaico y voces altisonantes, el narrador y sus colaboradores, procedentes del interior del país, exponen una pobreza franciscana que lastiman los oídos y la vista, llegando al extremo de poner en duda el rol orientador que les corresponde cumplir como comunicadores. Fuera de ingresar al terreno cenagoso de la crítica mordaz, caen en el desparpajo de inmiscuirse en asuntos privados de jugadores, dirigentes y adiestradores técnicos.
Qué lejos están aquellos tiempos del relato ágil y elegante enriquecido por fonemas y giros literarios de primer nivel, con ética, y construcciones reflexivas de admirable sensibilidad, que transportan al radioyente al propio campo de juego. “Hacer vívida cada jugada, cada avance, cada atajada magistral, con el uso apropiado del sujeto-verbo, es una de las misiones del speaker”, decía el maestro argentino Fioravanti, allá por los años 60, donde Gróver y Remberto Echaverría junto a Tito de la Viña y Juan Carlos Costas –aún vigente-, sobresalían en el éter deportivo nacional  En ese mismo decenio, brillaban en Santa Cruz las voces inconfundibles de Bismark Kreidler y Bernardo Silva –que todavía nos sigue regodeando con su singular e inimitable estilo- , al lado de los hermanos Adolfo y Hugo Díaz Monje (fallecidos).  El adusto Edgar Durán, por su parte, refulgía con sus análisis profundos y constructivos.
En esa misma zaga caminan actualmente las promisorias figuras de Gary Añez,  Jaime Galarza y Fernando Silva.  La dupla Marcos Chávez-Fermín Zabala, se afianzan exitosamente en el oriente boliviano.  
Que las nuevas generaciones sigan hilvanando, detrás de las cámaras y de los micrófonos, bellas filigranas articuladas con donaire y distinción, imponiendo los principios de objetividad y equilibrio emocional, sobre la especulación maliciosa e irresponsable, es cuanto espera el aguzado radioescucha y teleespectador.
Quien escribe estas líneas, relató fútbol en emisoras Santa Cruz y Centenario, de 1967 a 1974, junto a Rubén Saldaña y Delfo Límpias.  Don Pedrito Rivero y Johnny Zeballos, también me privilegiaron  con sus insuperables comentarios y apostillas.  Por razones de fuerza mayor tuve que abandonar este filón periodístico.  Pero me quedé prendido al grito exultante de una de las incontables conquistas feéricas, premio mayor de todo relator: “Viene el envío...., cabecea la pelota el centrodelantero, elevándose sobre el defensor.....Es gol, goool..., ¡Qué golazo!

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