lunes, 21 de marzo de 2011

CAOS VEHICULAR: EL INFIERNO EN SANTA CRUZ

Por Chacho Candia                                                                                                                                  
Santa Cruz de la Sierra va camino a convertirse en una gran metrópoli latinoamericana, y el caos vehicular que estamos viviendo en este tiempo, así lo confirma. Es imprescindible que las autoridades busquen y ejecuten soluciones a este infernal problema que se ha agudizado terriblemente gracias al gran incremento que ha sufrido el parque automotor de nuestra ciudad, a la falta de educación vial y de obras adecuadas para paliar este calvario de la ciudadanía cruceña.
Es verdad que algunas obras se están realizando, pero son minúsculas frente a la envergadura del monstruoso problema del transporte al que está sometido quien se aventura a manejar o cruzar caminando algunas calles o avenidas en nuestra ciudad capital, problema que, por otra parte, genera pérdidas de horas - hombre que son imposibles de recuperar. La creación de by passes en los lugares de mayor congestión vehicular ayudaría muchísimo al descongestionamiento y, cabe recalcar, que es una solución viable a corto plazo y de un alcance económico aceptable.
El caótico sistema vial y el pésimo servicio de transporte urbano han convertido a la capital cruceña en una verdadera selva donde impera el más prefecto desorden y donde sobrevive el más intrépido o el más irresponsable. La población asiste aterrada e impotente a esta situación, y no le queda otra que soportarla.
Hay puntos conflictivos que reclaman urgentemente la colocación de semáforos, algunos de ellos son: segundo anillo y Av. Beni, segundo anillo y Av. Alemana, primer anillo y Av. Brasil, segundo anillo y Canal Isuto, segundo anillo y Av. Busch, entre otros. Se necesita ser “muy macho” para aventurarse por esos lugares, sobre todo en horas pico.
Es cierto que, el problema al que hacemos referencia, en ciertas oportunidades no es un problema de normas y de vías, sino más bien se debe al comportamiento de la ciudadanía, especialmente aquellos venidos del interior que se ganan la vida manejando un taxi. Tienen derecho a ello, pero muchos de estos ciudadanos sólo aprendieron que el volante es para mantener la dirección firme o para girar a la derecha y a la izquierda, y que hay que pisar el pedal de la derecha para acelerar, el del centro para frenar y el izquierdo para hacer los cambios con la palanca que está en el piso del vehículo. Eso no basta para mantenerse manejando 12 o 14 horas diarias  en las calles sin causar problemas, muchas veces, muy graves.
Otro aspecto importante para el mejoramiento del tráfico vehicular es la transparencia en la otorgación del brevete o licencia de conducir a través de un riguroso examen a los solicitantes  (algo así como pedir peras al olmo – Bolivia “año verde”, pero es necesario mencionarlo).
 La educación vial es una de las principales causas del caos vehicular, ya que hay una enseñanza muy limitada sobre este asunto, por parte de las autoridades, para con los ciudadanos. Esto ha ocasionado que los transportistas y los peatones no respeten las normas de tránsito y hagan, en las calles, lo que les viene en gana.
De lo dicho anteriormente podemos reflexionar que este es un problema netamente social y para resolverlo se necesita más que un plan maestro, se necesita la cooperación de la gente, porque el problema es social y se podría mejorar con la educación. La solución esta más allá de un plan, está en la concienciación de la gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario