martes, 22 de marzo de 2011

HUMOR

A grandes problemas, grandes soluciones
Un agricultor va al mecánico a dejar su camioneta en arreglo y decide  volver caminando a su campo porque no queda lejos.
Al salir del pueblo pasa por la ferretería a comprar un balde y un tarro de pintura. Luego pasa por la carnicería y compra 2 pollos y un pedazo de cordero. Pero al salir de la carnicería se da cuenta de que tiene un problema  ¿cómo llevar a su casa todo lo que ha comprado?
Entonces se le acerca una anciana, quien le dice que está perdida y le pregunta: "¿Me podría decir como hago para llegar a la propiedad de los Rodríguez?"
El hombre le contesta: "Bueno, en realidad mi chacra está muy cerca de la de ellos. Con gusto la acompañaría hasta allá, pero no puedo llevar yo solo todo el camino todas estas cosas que compré".
La viejita le dice: "¿Por qué no pone la lata de pintura en el balde, agarra el balde con una mano, se pone un pollo debajo de cada brazo y lleva el cordero con la otra mano?"
"¿Sabe que tiene razón?" le contesta el hombre, y empiezan a caminar.
A los cinco minutos el hombre le dice: "Agarremos un atajo que pasa por ese monte. Así nos ahorramos camino".
La viejita lo mira cautelosamente y le dice: "Yo soy una viuda solitaria sin marido que me defienda. ¿Cómo sé yo que usted, cuando entremos al monte, no me va a poner contra un árbol y me va a violar?"
El hombre le contesta: "¡Dios santo señora!! Estoy cargando un balde, una lata de 5 litros de pintura, dos pollos y un cuarto de cordero. ¿Me quiere decir cómo hago yo para ponerla contra un árbol y violarla?"
A lo que la viejita responde: "Ponga el cordero en el suelo, tápelo con el balde, ponga la pintura encima del balde y yo le sostengo los pollos".

 
A oscuras
Cada vez que hacían el amor, el marido insistía en que fuera a oscuras, 100% oscuro, cerraban ventanas, apagaban luces, todo. Después de 20 años, esto a la mujer se le hacia cada vez mas ridículo así que preparó un plan para quitarle ese manía al marido.
Una noche, durante una sesión de romanticismo carnal, ella encendió las luces repentinamente. Cuál sería su sorpresa al mirar hacia abajo y ver que  su marido tenía un miembro artificial y, como si eso fuera poco, el propio lo tenía completamente caído.....Se volvió loca, se puso histérica, los que habían sido gritos de placer se convirtieron en insultos.
¡Infeliz, cabrón, impotente, le gritaba: ¿cómo pudiste estar engañándome todos estos años? ¡Desgraciado!  ¡Más te vale que vayas dando una buena explicación!
El esposo sin inmutarse, con mucha calma, la  mira fijamente a los ojos y le responde: Yo te explico lo del juguete....y tú me explicas lo de los niños...

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