lunes, 21 de marzo de 2011

RELACIONES SEXUALES ENTRE AMIGOS

Cambiaron las épocas, y lo que antes parecía improbable ahora se concreta con mucha frecuencia. ¿Hasta dónde la amistad entre un hombre y una mujer puede desencadenar deseos sexuales y de atracción?
Es lógico que los lazos que relacionan a dos personas de distinto sexo puedan estimular un encuentro con otras características. La fantasía en algún momento permite la creencia de que el carisma que existe entre ambos y la posibilidad de abrirse para contar con el otro frente a todos los conflictos y sentirse escuchado, comprendido y amparado revelaría sensaciones especiales en cuanto a un vínculo más íntimo.
Esto se comprueba en la realidad cuando tantas relaciones que comienzan como una sólida amistad se tornan amores de toda la vida. También es cierto que el deseo y el amor pueden nacer en sólo uno de los miembros, que entonces se resigna a la espera de la respuesta del otro, de que algún día cambien las pautas de esa relación.
Asimismo, hemos conocido casos de parejas de amigos que, sin saber cómo se han cruzado, experimentan sentimientos amorosos, algo que suele ser incomprensible para ellos.
Sin duda, escuchar a una amiga que cuenta con detalle cómo fue su relación íntima en el encuentro de la noche anterior obviamente despierta una curiosidad sexual que propicia el deseo.
Cuántas parejas que tienen serios conflictos desearían no menos que llevarse como amigos y conciliar en aspectos que están alejados de las coincidencias.
El amor muchas a veces carece de explicación, y sucede que el ser humano suele transgredir y desear no sólo lo que le pertenece a otro, estableciéndose un juego de competencia, sino que también se tienta con lo prohibido. En diversas oportunidades escucho pacientes que cuentan que cuanta mayor confirmación tenían de un "no" rotundo, más atractiva le resultaba la posibilidad de concretar una relación.
Lo significativo en muchos de estos casos es la ausencia de sentimiento de culpa respecto a que se genere un vínculo sexual en una relación que tiene las características de amistad.
He tenido pacientes que narran en sesión la ocurrencia de un hecho fortuito que no saben muy bien cómo se generó pero que después sienten que se les ha vuelto en contra de sus deseos. Y es que, de alguna manera, hubo un momento en el que no pudieron retroceder frente a una mirada apasionada, una escucha comprensiva, una caricia o un hombro, y se dio una situación íntima que generó una sensación de vergüenza y un deseo de borrar lo acaecido. Temen perder la amistad de tanto tiempo por algo que surgió sin voluntad de que sucediera. Por supuesto que siempre hay uno de los miembros que termina siendo el individuo herido.
También existe la posibilidad que el conocimiento profundo que genera una amistad favorezca un sexo muy bueno que luego cambie las condiciones planteadas en esa relación.
Los seres humanos vivimos buscando afecto. A veces nos tentamos con situaciones que, si bien no tienen características específicas de una relación de pareja sino que más bien nacen como una amistad, el afecto, la comprensión y el buen trato empiezan a despertar otro tipo de sentimientos de extrañarse y deseos de generar momentos de encuentro.
Hay pacientes que me cuentan relaciones de amistad que, a mis ojos, parece más una relación de pareja. Claro está que la falta de reconocimiento muchas veces tiene que ver con mecanismos defensivos que el mismo individuo utiliza por el temor real al compromiso.
Lo más rescatable es que a veces el amor y el sexo se da cuando menos lo buscamos, pensamos y planeamos, cuando las cosas son porque tienen que ser, sin presiones, y por dejarse llevar por las sensaciones que suelen resultar de otra manera. Los seres humanos se manejan por los instintos, y que éstos pugnen por manifestarse es absolutamente normal, aunque aún no estemos preparados. Nos toma por sorpresa que el deseo sea tan fuerte en una relación donde prima una alianza amistosa, pero debemos tener en cuenta que somos de carne y hueso. Además, ¿cuántas veces se elige una amistad entre diferentes sexos porque el otro resulta atractivo? Entonces, si la barrera está baja, aceptamos lo único posible con el pretexto de estar cerca.

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