miércoles, 23 de marzo de 2011

EDITORIAL




DIA DEL PADRE
No hay duda que aquel hombre que nos guía (o nos ha guiado) en la vida y que tiene plateados rayos de luna en sus cabellos, que no son otra cosa que el polvo del tiempo depositado en ellos, es una figura muy importante en la vida de todo ser humano. Un padre tiene mucho de madre mezclado con la varonil fortaleza del hombre. Es un ser con alma noble, a decir del insigne poeta mejicano, Juan de Dios Peza:

“La nobleza del alma es su nobleza;
La gloria del deber forma su gloria;
Es pobre, pero forma su pobreza
La página más grande de su historia…”
Un padre es un amigo, un consejero, un ser inspirador que muchas veces viene a ser el “superman” de su hijo. Es un hombre con historia, que ha pelado muchas batallas, algunas con victorias y otras con derrotas, pero de las cuales, siempre saca conclusiones para transmitir a su “cachorro” el rumbo que debe seguir para evitar las partes cenagosas de la vida.
Los padres nos afanamos para que nuestros hijos no incurran en los mismos errores en que nosotros caímos, debido a la inexperiencia o a la falta de un consejo oportuno o, simplemente, por no haberlo escuchado.
Muchas veces, como padres, nos toca asumir el papel de “el malo de la película”, pues es frecuente que las madres acudan a nosotros cuando se debe aplicar mano dura con los hijos, papel que debemos desempeñar, a veces, con desgano. Pero es parte del hecho de ser padre y es parte de la educación de nuestros hijos… y hay que hacerlo, aunque en ese momento ellos nos vean como sus verdugos, más tarde, con el correr del tiempo, y cuando a ellos les llegue el momento de asumir el mismo rol de padres, llegarán a comprendernos, por eso Piero le cantó a su padre, así:

“Es un buen tipo mi viejo
Que anda solo y esperando
Tiene la tristeza larga
De tanto venir andando…”
Pero hay otro aspecto que los padres, en silencio, lo vivimos, y es el amor de madre, el amor de madre que es tan grande, que muchas veces le hace sombra al amor de padre, quién puede ponerlo en duda, y, una vez más, tenemos que esperar el correr del tiempo para que nuestros hijos comprendan muchas cosas que de niños no podían comprender.
19 de Marzo, Día del Padre, un hermoso día para compartirlo con él. Quienes todavía lo tienen, disfrútenlo, quienes ya lo han perdido, recuérdenlo. De cualquier modo, creo que el próximo 19 de marzo deberíamos abrir nuestros corazones y elevar un canto que diga algo así, como:

“Tu sonrisa franca me anima
Tu consejo sabio me guía
Abro el corazón y te dijo
Mí querido, mí viejo, mi amigo

Tu voz dulce y serena me calma
Me ofrece refugio y abrigo
Va calando dentro de mi alma
Mí querido, mi viejo, mi amigo…”
                                                                                                                        


EL DIRECTOR
José “Chacho”Candia Caro

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