martes, 22 de marzo de 2011

EDITORIAL ZOOM 39

“Los soñadores han hecho el mundo”, solía decir Albert Einstein, y alguien más radical decía: “Quien no sueña, no tiene derecho a vivir”. El tener ideales, soñar que estos se realizan y esforzarnos por concretarlos es uno de los aspectos más importantes de los seres humanos, sin esta cualidad seguramente seguiríamos viviendo en la edad de piedra.
Ortega y Gasset dice: "La vida, toda vida, por lo menos toda vida humana, es imposible vivirla sin un ideal, o dicho de otra manera, el ideal es el órgano motor que fortalece a la vida del individuo”.
Los cruceños tenemos un ideal con el cual soñamos y estamos esforzándonos por lograr que se haga realidad. Somos un gusanito que queremos llegar hasta esa flor llamada Autonomía y conquistarla con un dulce beso.
El Gusanito y la flor
Había una vez un gusano que se había enamorado de una flor.
Era por supuesto, un amor imposible, pero el animalito no quería seducirla ni hacerla su pareja. Ni siquiera quería hablarle de amor.
 Él solamente soñaba con llegar hasta ella y darle un beso. ¡¡¡Un solo beso!!!
Cada día y cada tarde el gusano miraba a su amada cada vez más alta, cada vez más lejos...
Cada noche soñaba que finalmente llegaba a ella y la besaba.
Un día el gusanito decidió que no podía seguir soñando cada noche con la flor y no hacer nada para cumplir su sueño. Así que valientemente avisó a sus amigos, los escarabajos, las hormigas y las lombrices que treparía por el tallo para besar a la flor.
Todos coincidieron en que estaba loco y la mayoría intentó disuadirlo, pero no hizo caso, el gusano llegó arrastrándose hasta la base del tallo y comenzó la escalada.
 Trepó toda la mañana y toda la tarde, pero cuando el sol se ocultó sus músculos estaban exhaustos.
“Pasaré la noche agarrado del tallo (pensó), y mañana seguiré subiendo".  
“Estoy más cerca que ayer", pensó, aunque sólo había avanzado diez centímetros y la flor estaba a más de un metro y medio de altura.
 Sin embargo, lo peor fue que mientras el gusano dormía, su cuerpo viscoso y húmedo resbaló por el tallo y a la mañana el gusano amaneció donde había comenzado un día antes.
Miró hacia arriba y pensó redoblar los esfuerzos durante el día y aferrarse mejor durante la noche.
Cada día el gusano trepaba y cada noche resbalaba otra vez hasta el piso. Sin embargo, cada noche mientras descendía sin saberlo, seguía soñando con el beso deseado. Sus amigos le pidieron que renunciara a su sueño o que soñara otra cosa, pero el gusano sostuvo que no podía cambiar lo que soñaba porque si renunciaba a sus sueños dejaría de ser quien era.
Todo siguió igual durante días, hasta que una noche....una noche.... el gusano soñó tan intensamente con su flor, que los sueños se transformaron en alas y a la mañana el gusano despertó mariposa, desplegó las alas, voló a la flor... y la besó.
NUNCA ESCUCHES A QUIENES DESALIENTEN TUS SUEÑOS... 
LA VIOLENCIA ES EL MIEDO A LOS IDEALES DE LOS DEMÁS (Ghandi)
¡VIVA SANTA CRUZ AUTÓNOMA!




EL DIRECTOR
José Candia Caro

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