miércoles, 23 de marzo de 2011

EDITORIAL ZOOM 40

Las personas tenemos diferentes formas de ver las circunstancias en la vida, y eso es algo determinante en nuestro carácter, en nuestra forma de vida y de relacionamiento con quienes nos rodean, es algo que puede hacernos simpáticos o antipáticos, agradables o desagradables, posee la magia de que nos busquen o, por el contrario, que huyan de nuestra presencia.
En una reciente entrevista le preguntaron a la actriz y cantante Thalía, cuál era el secreto de su belleza, y en una inesperada respuesta para quienes creían que ella confesaría qué tratamiento con productos cosméticos o algún tipo de alimentación o gimnasia, practicaba, la bella mexicana sólo dijo: “El secreto es tomar la negatividad, angustia, el dolor y transformarlo en luz”.
Algunos podrán decir que esas sólo son palabras, y que para Thalía es muy fácil hablar así porque ella posee talento, fama y dinero, pero déjenme decirles que el dolor, la angustia, los temores, el cáncer, incluso la depresión y la mismísima muerte de seres amados, un hijo con una enfermedad terminal, los accidentes, no respetan a ricos ni pobres, famosos o desconocidos, flacos o gordos, blancos o negros, jóvenes o viejos (en mi caso, años atrás, perdí un hijo de tan sólo dos meses de edad sin que haya tenido ni siquiera un resfrío, simplemente lo encontré muerto en su cuna, le llaman Síndrome de Muerte Súbita, en la Cuna o Muerte Blanca, y hasta hoy no tiene explicación científica alguna, sólo teorías).
Todos estamos inmersos en un mismo recipiente (mundo) en el cual pasa de todo y es el lugar donde nacemos crecemos y moriremos.
Frente a la eternidad, 70 o 80 años no es nada, ni siquiera un pestañeo, quizá sólo 1 segundo, pero ese segundo que, por gracia de Dios, nos ha tocado vivir ( si, de entre los millones espermatozoides que depositó tu padre en la vagina de tu madre, otro hubiese sido el que fecundó el óvulo, tú no habrías existido), deberíamos vivirlo con amor, sin odios ni rencores, ayudando al que lo necesita, la Biblia dice que es mejor dar que recibir, ¿y saben porqué? porque el que da, luego recibe multiplicado lo que dio, ahí está el secreto de dar.
Existen diferentes formas de ver las cosas y cada uno debe construir su forma de recibir un limón y hacerse una limonada. Como decía Borges: “Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?”.
La vida es una infinita sumatoria de instantes, y cada instante que pasa no vuelve jamás, ¿porqué, pues, desperdiciarlo? Si, citando nuevamente a Borges, “un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar…”.

Según como mires el sol
te derretirá de calor
O te dará un hermoso bronceado

Según como mires la noche
te parecerá negra o estrellada…



EL DIRECTOR
(Chacho Candia)

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