miércoles, 23 de marzo de 2011

PADRES Y UN TEMA TABÚ

Es muy común que las personas evadan tratar el tema de la sexualidad con sus hijos en forma franca y abierta, por la simple razón de que hablar de sexo o de sexualidad les resulta burdo, soez, o inapropiado. Sucede que los padres evitan hablar con sus hijos de las funciones sexuales normales de su organismo, como si se tratara casi de un crimen moral, un tabú, una degradación o una aberración de tipo irrespetuosa y mucho más cuando se trata de dar explicaciones al menor, sobre su procedencia biológica.
En este marco, no es difícil imaginar que los jóvenes en pleno proceso del desarrollo de sus inquietudes emocionales, se ven forzados a menudo a buscar fuentes de información inadecuadas para satisfacer su curiosidad. Y para ello, algunos chicos y chicas se animan a comentar con sus amigos sobre estas cuestiones, otros prefieren comprar revistas de tipo pornográfico o ver películas eróticas, pero la mayoría de los jóvenes tienen que enfrentar este gran reto de manera individual, por temor a ser señalados o etiquetados como “degenerados” o “enfermos”, colocándolos en la imperiosa necesidad de adoptar hábitos solitarios como la masturbación, a veces de forma exagerada.
Los jóvenes no saben cómo manejar su energía personal, precisamente porque desconocen el mecanismo de los primeros impulsos sexuales que les revoluciona todo el sistema endócrino y hormonal que se les despierta de manera acelerada, se vuelven rebeldes, inconformes, retadores, groseros, altaneros, soberbios e insoportablemente chantajistas, mostrando en sus actitudes muy obvias, la presencia secreta de su descomunal energía sexual mal dirigida y mal canalizada. Cuando el joven entra a la etapa de la pubertad, suele tomar las cosas muy a pecho en materia de enamoramiento, sus sentimientos se vuelven enfermizos, caprichosos y obsesivos, creen que el primer amor es el verdadero, y que les durará toda la vida. Se entregan a él con una convicción tal, que no hay poder humano que los haga desistir de sus propósitos.
Todo esto hace sufrir mucho a los chicos en su conflicto emocional con idilios o arrobamientos por el sexo, vistiéndolo o etiquetándolo de amor. Para los adolescentes, esa etapa se vuelve un verdadero caos cuando no saben cómo actuar en su primer reto frente a la pareja de la que se han enamorado, su mundo se torna en una verdadera confusión. Empiezan las lágrimas, los suspiros, las preocupaciones, las escapaditas de casa, los desvelos, les da por leer o escribir versos, poemas y cartas de amor. Idealizan al amor en la persona que les atrae sexualmente, sin imaginar siquiera que se trata sólo de una pasajera y simple pasión, derivada de sus energías personales en acción.
De allí que nacen multitud de problemas, tanto para los chicos como para los padres, que no supieron educar sexualmente a sus hijos en el momento en que debieron hacerlo. Las chicas se vuelven hurañas, desobedientes, irascibles, les gusta aislarse de la familia, no atienden ni entienden sus obligaciones y deberes. Todo su mundo gira alrededor de su príncipe azul y sólo desean estar a su lado.
Los chicos por su parte, también se desesperan con verdaderas ansias locas pensando en el momento de volver a estar frente a la princesa de sus sueños, incluso algunos no esperan demasiado y se cuelgan del teléfono horas enteras escuchando la voz de su amada disfrutando sensaciones exquisitamente sensuales y sexuales.
¿Por qué y para qué la educación sexual?
La educación sexual es muy importante porque la sexualidad es un derecho humano. Nuestros hijos tienen derecho a ejercer su sexualidad pero de manera ubicada y responsable porque hay muchos factores de riesgo que deben ser evitados a tiempo. En primer lugar un adolescente bien informado de su sexualidad, jamás se atrevería a embarazar a su chica ni por accidente. Prevención es vida, dicen, y enseñar a nuestros hijos a protegerse con un buen condón, también evitará infecciones de tipo venéreo como el VIH por ejemplo, entre otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario