sábado, 26 de marzo de 2011

PARA MEDITAR

Por Chacho Candia
Franklin Delano Roosvelt, hablándole al pueblo norteamericano durante la segunda guerra mundial, dijo que “nosotros no tenemos nada que temer, sino al temor mismo”. Esa declaración encierra una verdad más grande de lo que muchos imaginan, ya que el temor conlleva en sí mismo una fuerza creativa. Aquello que nos produce temor, tiene el poder de crear, exactamente igual a la fe que tiene el poder de crear aquello que nosotros creemos. Por eso el bíblico Job, dijo: “Me ha acontecido lo que yo temía”, cuando le sucedieron todas las calamidades.
Frecuentemente, aquello que tememos viene sobre nosotros. Muchos médicos dicen que a menudo la gente que tiene miedo al cáncer, es la que se enferma de cáncer. Estos científicos explican dicha declaración diciendo que, posiblemente el cáncer es inducido psicosomáticamente. Pero realmente esto se puede explicar diciendo que el cáncer, simplemente como todo lo demás, sigue las leyes de Dios de la fe: Lo que dices, recibes.
Así como usamos la palabra “fe” para expresar creencia en algo bueno, así también usamos la palabra “temor” para expresar creencia en algo malo. Y así como el temor anula la fe, la fe anula el temor.
Podemos pensar en el temor y creer que nos va a ir mal en algo o que nos vamos a enfermar. Pero también podemos decirnos: “Dios no me ha dado espíritu de miedo, sino de valor y de amor, y el amor vence todo temor”. Es, pues, cuestión de decisión, ¿por cuál te decides?

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